4. Reformas estructurales
Para dar paso al analisis de las reformas estructurales, primero hay que entender que son.
Las reformas estructurales son, en esencia, medidas que modifican el tejido de una economía, es decir, el marco institucional y regulatorio en el que operan las empresas y los particulares. Estan diseñadas para reforzar la economía y mejorar su capacidad para alcanzar su crecimiento potencial de la forma equilibrada (Banco Central Europeo, 2017).
El objetivo de las reformas estructurales es buscar un crecimiento equilibrado, es decir que actúan sobre el lado de la oferta de la economía. Eliminando obstáculos a la eficiencia y a la equidad de la producción de bienes y servicios, contribuyen a incrementar la productividad, la inversión y el empleo.
Este objetivo puede lograrse de muchas formas, Por ejemplo, el entorno empresarial puede mejorar con la instrucción de normas que favorezcan una mayor flexibilidad de los mercados de trabajo, una simplificación del sistema impositivo o una reducción de los trámites administrativos, lo que facilitaría a las empresas el desarrollo de sus actividades y la planificación para el futuro. A su vez, los hogares podrían beneficiarse de productos más baratos y de mejor calidad, lo que les permitiría disponer de más dinero para gastar en otros bienes (Banco Central Europeo, 2017).
Por otra parte, las reformas puedes centrarse en ámbitos específicos, como los que estimulan la innovación en sectores clave. No obstante, lo importante es que el crecimiento sea equilibrado, lo que implica tener en cuenta así mismo factores como la equidad y la inclusión social. Las reformas que facilitan el acceso a la educación o que reduce la evasión fiscal y la corrupción respaldan el crecimiento económico y promueven al mismo tiempo la equidad social (Banco Central Europeo, 2017).