Como ya se ha revisado, aquellos
trabajadores que cuentan con estudios universitarios tienen un ingreso más
alto, y van a provocar que aumenten los salarios en el mercado de aquellos
trabajadores no calificados ya que se vería reducida la cantidad de ellos.
Por
lo tanto, se produce una externalidad positiva, al aumentar el grado educativo,
aumenta la productividad, sube el ingreso y el Estado tiene una mayor
recaudación del impuesto sobre la renta.
Por
otro lado, se piensa que la educación mejora las decisiones de voto de los
ciudadanos, siempre y cuando se trate de una decisión en equilibrio, generaría
un mayor efecto externo positivo. Tiende a la innovación, y esto provoca
beneficios en todos los ciudadanos.
La
gran diferencia con la educación elemental, es que, en el grado universitario,
los estudiantes ya son capaces de tomar sus decisiones; se van a preguntar si
estos estudios justifican la inversión que se debe hacer. En estos casos el
Estado debe garantizar el acceso a recursos económicos.
En
Estados Unidos se hace a través de 5 ejes:
Subsidios
por parte del Estado
Transferencias
monetarias a estudiantes
El
Estado gestiona préstamos
Se
financia un programa de trabajo y estudios
La
educación es deducible de impuestos
Por
otro lado, parece existir un acuerdo general que nos dice que los estudios
deben ser subsidiados por el Estado, sin embargo, hay diferencias en lo que se
refiere al porcentaje que se debe subsidiar, cual es nivel óptimo. Los
subsidios generan externalidades positivas y tienden a ser redistributivos.
Sin
embargo, el Estado gasta demasiado dinero en los subsidios, para evitar esto,
implementa una serie de medidas, con el fin de planear una mejor
redistribución. Por un lado, promover tarifas de esta manera, los menos
interesados se alejarían; por otro lado, cobrar un impuesto a aquellos que
reciben los beneficios.
Esto
provoca una segregación hacia aquellos con menos recursos, en primer lugar, las
clases bajas tienden a ser menos talentosas, por lo tanto, ofrecen tasas de
retorno más bajas. Se propone que, en lugar de enviarlos a la universidad, se
haga una transferencia de efectivo (Vaudel, 2007).
Otra
razón de la segregación se debe a que, en el supuesto que dos alumnos tengan el
mismo talento, pero sean de diferentes estratos económicos, el menos favorecido
tendrá más aversión a adquirir la misma deuda que aquel con mas ingresos. Por
lo que se propone elevar el subsidio para los pobres, de esta manera tendrían
mayor oportunidad de acudir a la universidad.
Por
lo tanto, la educación es eficiente hasta el punto que el Estado subsidia hasta
el 9%, la cantidad restante deberá pagarla el estudiante a través de préstamos.
Los más pobres deberían recibir transferencias en efectivo para redistribuir
mejor su ingreso.
Vaudel
concluye que no se debe invertir más dinero en educación universitaria, que el
dinero debería enfocarse en aumentar la eficiencia a través de la
desregulación, privatización y sobre todo, de competencia (Vaudel, 2007)
REFERENCIAS
Coleman, J.,
Hoffer, T., & Kilgore, S. (1981). Public and Private Schools An
Analysis of High School and Beyond. US
Department of Education.
Stiglitz, J. (2000). La economía del sector público. Barcelona: Antoni Bosch.
Vaudel, R. (2007). University Education as
Welfare? In P. Baake, & R. RBork, Public Economics and Public Choice
(pp. 193-199). Springer.