lunes, 25 de enero de 2021

III. Educación



a.     El papel del Estado en la educación

La educación no es un bien público puro, el sector privado actúa activamente en su provisión. La teoría del capital humano sostiene que la educación va a aumentar la calificación y por lo tanto el ingreso de los individuos; a mayor inversión mayor productividad.

En muchos países la educación es competencia del Estado, para el caso de Estados Unidos, a través de la Land Ordinance de 1785, se reservaron territorios para la construcción de escuelas públicas, sin embargo, está a cargo de estados y municipios; del total del gasto en educación, el 9% está financiado por la Administración Federal.

Expertos y encargados de la política económica coinciden que, para alcanzar una tasa de producción alta y sostenible por trabajador a lo largo del tiempo, es necesario invertir en capital humano, en educación.

Por lo tanto y ante una creciente desigualdad y falta de oportunidades laborales, el Estado decidió enfocar su política en mejorar la calidad de la educación pública y aumentar la cantidad de trabajadores con estudios universitarios.

La educación pública genera importantes externalidades positivas, tener ciudadanos educados traerá consigo una sociedad más armónica, mayor cohesión social. El tener la posibilidad de acceder a educación gratuita, provoca que la población tienda a acercarse a ella, ya que puede percibir las ventajas de recibir educación, por el contrario, no sería tan fácil que se acerquen a una educación privada, sus costos tienden a excluirlos.

Otra razón por la que los ciudadanos no invierten en su educación es la falta de acceso a recursos, los bancos no tienden a financiar la educación, ninguno de los dos tiene la garantía de recuperar su dinero. Por lo tanto, sin recursos propios, la educación universitaria va a estar en función de las acciones del Estado, así como del presupuesto que este designe para ello a través de sus diferentes organismo o niveles de gobierno.

El nivel de gasto que ejerza el Estado va a ser determinante para fijar, más adelante, el nivel de ingreso de los individuos, esto no quiere decir que deba gastar por gastar, por el contrario,  la inversión debe estar enfocada en aumentar la eficiencia y calidad de la docencia. Por otro lado, se ha observado que aquellos estudiantes que son "obligados" a permanecer más tiempo en la escuela, cumpliendo su horario normal, con actividades culturales, deportivas o científicas extras, tienden a obtener mejores resultados, tanto en la escuela como en los cargos que desempeñen y su ingreso.

Referencia

Stiglitz, Joseph E. (2000). La economía del sector público. 3ª edición, Barcelona, Antoni Bosch, capítulo 16, pp. 445-471.

1 comentario:

  1. Pongo el duda el desinterés de los bancos para financiar la educación superior, bajo este supuesto, concordamos que la educación superior en México es deficitaría, quiza pocas universidades tienen el prestigio y el nivel de alguna escuela de la Ivy League, pero el Estado podría cambiar los incentivos, es decir, darle el dinero a los alumnos y estos decidir a donde ir a estudiar, aumentaría el rigor y aumentaría la competitividad de las universidades al buscar mejores profesores, mejores aulas, actividades extracurriculares, reducir los maestros barcos, etc.

    Los alumnos ahora podríamos elegir entre ir a la UACH o el ITAM, incentivando a la UACH a elevar su nivel hasta llegar al nivel del ITAM en beneficio de la sociedad.

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Referencias

Referencias Alanis G., T. (2018). Desigualdades, pobreza, economía informa, precariedad laboral y desarrollo económico México. México: CO...